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jueves, 29 de noviembre de 2012

A nadie le gusta mancharse las manos.

Admiro a la vida. Su bipolaridad. Poder hacer que un día pase  de soleado a precipitar sobre ti la mayor tormenta. De caluroso a cogelado en cuestión de minutos. Su capacidad de hacer que las cosas cambien sin ningun esfuerzo. Con el sacrificio de los más deviles y la victoria de los que menos lo merecen.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Un nuevo comienzo.

Let it be~
Hay persona que entran en tu vida y lo cambian todo. Personas por las que vale la pena parar, respirar y valorar; valorar lo que realmente importa. Los detalles, las pequeñas cosas, cosas como el agua del mar, las nubes, una mirada de esas que lo dicen todo, unos ojos como los tuyos, el modo en el que me sonríes  ese abrazo infinito mezclado de sal, los huracanes del estómago, tus manos, despertar a tu lado; esos detalles que hacen que todo tenga sentido, incluso, lo que hasta el momento de conocerte, creí que no importaba. Son esas pequeñas cosas las que lo cambian todo, las que provocan que haga las maletas y salga corriendo sin importarme donde siempre y cuando el destino seas tú. Las culpables de que me hayan brotado alas. Tú, de esas personas que aparecen y lo cambian todo y hacen que ya nada importe y la vez que todo empiece a importar.

martes, 13 de noviembre de 2012

El final que siempre rechazamos.

Querernos está pasado de fecha, de lugar, de espacio y de cama. Hoy tenía la necesidad de dar el final que siempre rechazamos. No pediré la cuenta de cuánto ha costado dejarnos de querer. De cuánto ha costado vernos sin mirarnos. No te voy a decir nada que no nos hayamos dicho ya. Las cosas no han cambiado ni cambiarán. Tu conseguiste ser un completo idiota y yo, al final, acabé siendo cenizas. Me voy de nuestra historia en solitario. Y descuida, que no contaré que nuestra guerra fue una causa perdida.

Tanto amor no puede ser anóimo, tiene nombre y apellidos;

Me gustaría gritarlo a los cuatro vientos, por los siente mares, por los cinco continentes.
Quisiera contarle al primero que pase, lo qur me esta pasando, lo que siento por ti.
Me gustaría escrbirlo en la corteza de los arboles, en los muros de los edificios, en las vetedas de las ciudades más transitadas, en la arena de la playa, en el viento, en el agua, en el aire húmedo de la noche, en los cristales empañados de los coches, en las mesas de los bares, en las pizarras de todos los colegios, en los cuadernos de cada alumno; me gustaría publicarlo en el periodico, difundirlo por la radio, publicitarlo en la televisión... en las marquesinas de todos los teatros y de todos los cines. Quisiera que el mundo entero supiese cuanto te amo. 


domingo, 4 de noviembre de 2012

Envidia.

Envidio tu forma de ver las cosas, de aceptar el mundo, de no darle importancia a lo que te rodea. Envidio tu forma de apreciar los detalles, las miradas, las sonrisas. Envidio cada paso que das, cada susurro hacia la vida, cada pelea con la muerte. Envidio el aliento de tu boca, tan cerca de ti. Envidio tu ignorancia, tu felicidad, tu risa. Envidio a todo aquel que haya sido capaz de olvidar tus besos. Envidio a todo al que hayas amado alguna vez.
Pero seguro que la gente envidia de mi mi risa cuando estoy contigo, la forma en la que te miro y el sentimiento tan puro que siento cuando me besas.

viernes, 2 de noviembre de 2012

All in my head.

Él es como, los que hace unos años,eran tus zapatos preferidos. Esos que fueses donde fueses siempre iban contigo. Esos que eran tan cómodos, tan bonitos; tan elegantes. Esos que duraron hasta desgastarse por completo. Hasta romperse. Esos que creías que nunca olvodarías; estabas segura de que nunca lo harías, de que nunca encontrarías unos zapatos como esos, tan cómodos, tan bonitos; tan elegantes. Pero derrepente eres consciente de todo el tiempo que ha pasado desde que ese par de zapatos abandono tu vida, tu rutina. Y es en ese momento en el que intentas descubrir dónde empezó todo. Si fue en la zapatería del ala norte o en la cafetería de al lado. Junto con aquel capuchino francés tan caliente o en el segundo estante de la sección de otoño.
Y es en ese momento en el que te das cuenta de que no lo recuerdas todo; de que no recuerdas nada. De que no vas descalza. De que has encontrado unos zapatos mucho mejores, más cómodos, más bonitos; más elegantes.