Vistas de página en total

viernes, 19 de octubre de 2012

Confiamos en quien nos quiere, en quien nos cura, en quien lucha cada día por nosotros,sin medalla. En quien te limpia la cara cuando lloras y te levanta la barbilla para decirte que mañana será un día mejor. En quien te anima. En el vecino que riega tus plantas cuando estas de viaje. En que el metro no llegue tarde esta vez. En cada paso que das. En que todo salga bien. En ti. Confias hasta que te decepcionas; hasta que derrepente sientes que nadie te quiere, que nadie cura tus heridas, que nadie lucha por nosotros en la guerra de la vida; que derrepente te encuentras llorando, sola, sin que nadie limpie tu cara, comiendote las amargas lágrimas una tras otra, que nadie te dice que mañana será otro día, apesar de que lo sabes. Porque ya nadie te anima. Descubres que el vecino olvidó regar tus plantas y aquel maravilloso clavel se marchitó sediento, que el metro ha llegado más tarde que nunca... que cada paso que has dado ha sido fallido, que ya no puedes fiarte ni de ti. Que ya no puedes confiar en nada y ni en ningun otro. Y en ese preciso momento te propones vivir las cosas como vengan. Aprender a no esperar nada de nadie; porque sabes que nadie espera algo de ti. Aprender a sorprender al mundo cada día. Enseñarle que si las cosas salen bien le regalarás un beso victorioso a la vida y que si salen mal la sonrisa tan bonita que se acaba de dibujar en tu boca no te abandonará nunca.

jueves, 18 de octubre de 2012

Entonces, te abré olvidado.

El día que no me cueste apretar el boton para borrar tus mensajes.
El día que pueda evitar llamarte.
La noche que no desee verte.
La madrugada que no haya soñado contigo.
El segundo en el que no piense donde estarás.
El minuto en el que no sufra sabiendo que estas con otra.
Las horas en que tus besos no sean mios.
Cuando consiga que mi vida no guire entorno a ti; entonces, te habré olvidado.

miércoles, 10 de octubre de 2012

I'll always be there for you.


Va a llegar un día en el que todos hayamos crecido, tengamos una carrera quizás incluso nos hayamos casado y tengamos hijos; en el que vallamos sobre una rutina diaria. Quizás estés conduciendo para ir a trabajar con la radio encendida, o haciendo la cena en el salón con la televisión encendida. La vida como de costumbre hasta que escuchas un nombre. El nombre de la persona a la que tenías un blog dedicado cuando tenías dieciséis. La persona que salía en los posters pegados en las paredes de tu habitación o en tu fondo de escritorio. El protagonista del show que veías cada semana tan pronto como empezaba o los vídeo clips de la banda que solías amar. La que cambió tu vida. O el personaje que se desplazó a través de páginas y páginas de locura.
No habías oído ese nombre en mucho tiempo y en ese momento viene todo de vuelta. Y luego le siguen dos palabras que nunca pensarías escuchar. Ha fallecido. Las lágrimas correrán por tu rostro y por el de todos los seguidores. Porque hay gente que será como tu, con sus lágrimas marcando sus mejillas y los sollozos abriéndose paso fuera de su garganta, aunque para ti nunca morirá realmente. Porque para ti, realmente, nunca avanzaremos. Porque para mi, realmente, nunca se olvida.